Con el permiso y la venia del Sr. Alcalde y vecinos en general, me dirijo a este pueblo de NAVAS DEL PINAR .
Que mi voz con la bendición de Ntra. Señora y San Roque, resuene hasta los últimos rincones de este lugar serrano.
Si ahora quisiera ponerme a cantar las glosas y glorias de este pueblo de Navas, soy muy mal cantor. Si hacer poesía para exaltar a sus gentes, su historia y costumbres, no lo sabría hacer como se merecen, sólo quiero recordar algo que llevo dentro y que a todos nos ennoblece.
¡Quién me iba a decir que hace casi 38 años en una visita que hicimos unos amigos a Dña. Pili, la maestra, visité por primera vez la iglesia!, había muchos altares y reclinatorios con sillas sueltas, el suelo de tarima y a Don Gregorio con su aspecto de “hombre de Dios”, metido en rezos y meditaciones. Pasaron los años y ya me veis aquí, de párroco sucesor del que tantos años os predicó y cuidó como un padre y pastor, y en una iglesia que hoy, tras los esfuerzos de todos vosotros es una joya de las iglesias serranas.
Cuantas idas y venidas con la Vera Cruz como cofradía de las pocas que guardan su antigüedad y valía, concejo abierto y cimiento de toda la feligresía.
Quiero recordar mis excursiones y paseos al Pico Navas, a ver el magestuoso vuelo de los avantos, y desde Peñas Lenguas a la fuente Somera, camino de Brezales, a buscar boletus y anísqueles, los que me dejaba una tal Rosario. ¡Qué alegría cuando uno veía y más cuando otros me los traían!.
Pero más que enaltecer los lugares y parajes tan bellos que tenéis, quisiera poner más alto que en el Pico, a tantos que han hecho la historia del pueblo, los presentes y los que nos precedieron, porque sin ellos no somos historia. Son muchos los que ahora, con nombres y apellidos podría señalar, vosotros sabéis, mejor que yo, quienes son. Ahí están, ellos son.
¡Cuántas cosas y anécdotas podrían contar! Como un botón de muestra ahí tenéis el Centro de la Asociación, lugar de encuentro y que hoy y siempre os animo a cuidar. Es el lugar donde se han seguido manteniendo y recuperando tradiciones como el baile del paloteo con su famoso “castillete”, lugar donde hoy ensayan cantores, se hace teatro, danzas y se recuperan vestidos tan bellamente ornamentados y que lucen sus encantadoras damas.
Nunca podré olvidar, y vosotros de valorar, todos los encuentros festivos y comidas de hermandad que con un motivo u otro allí hemos tenido. Lo hemos conseguido con esfuerzo. Habéis aportado vuestra alegría y generosidad desde el anonimato. Han sido momentos que a muchos hicieron felices. Valores que nadie nos podrá arrebatar. Seguid siempre unidos, seguid así.
Hoy, ya es el momento de disfrutar de los colores de la fiesta, de la música y actos que nos esperan donde vamos a vivir la alegría que ahora estamos reteniendo y vamos a ir soltando día a día, poco a poco, porque toda de golpe sería como el desborde de una ría.
Alégrenos Vicente con su repique de campanas para que vayamos todos a Misa, que el coro con mucha armonía, con la batuta del maestro Nacho, nos traerá del cielo paz y dulce brisa.
Al mismo tiempo que los cohetes, suenen los instrumentos hasta las altas horas del día. Que los niños correteen, metan bulla y jueguen hasta hartarse con los hinchables o disfraces, pero que no callen hasta que la abuela diga que la duele la cabeza.
Todos tenemos que participar en algo. Unos se apuntarán a las cartas, otros a la “ginkana” de sabios y atletismo, a la tuta, a la calva, al cante o a la danza, pero que nadie se quede sin hacer nada, porque le tocará fregar los platos al mejor galán.
¿Qué fiesta hay sin ruido, sin juegos o sin baile? Hagamos todos nuestra fiesta. No valen los mirones, ni los quejiques. En esta plaza toreamos todos, no hay barreras, así que a correr si no quieres que te pille el toro. La alegría ni se compra ni se vende, la hacemos y la disfrutamos entre todos.
Que los visitantes y forasteros se sientan como en su propia casa. Que todos familiares y amigos disfrutemos de estas fiestas cantando, bailando, jugando y rezando (no olvidaremos una oración por nuestros antecesores).
Y con esto dicho, que casi suena a despedida, quiero que den comienzo las mejores fiestas que Navas haya visto en nuestros días, y en el recuerdo, duren para siempre. FELICES FIESTAS. VIVA NTRA.SEÑORA Y SAN ROQUE. VIVA NAVAS DEL PINAR.
Domingo Contreras Camarero
14 de Agosto, de 2012